Monseñor Moronta: Feligreses del Táchira identifican al Nazareno como figura de fe

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Venezuela y el Táchira siempre recuerdan la figura del Nazareno de San Pablo como identificación de fe por sobre todas las cosas, y no es más que la figura representativa de Jesús camino al calvario con la cruz a cuesta.

Así lo describió Monseñor Mario del Valle Moronta en la eucaristía de este miércoles Santo, donde hizo referencia a los feligreses asistentes, que el nazareno es una representación de lo que hizo Jesús en vida “se hizo hombre, murió y se identificó con las miserias y pecados, a pesar de no ser pecador”.

Comentó que para la iglesia Jesús se entregó al Señor para sanar los pecados del mundo y los dolores de la gente.

En cuanto al fervor del pueblo tachirense hacia la imagen del Nazareno, aclaró que a pesar de no ser el día más importante de la Semana Santa, muchas personas acuden a los templos sagrados a pagar promesas, y de esta forma se preparan para la celebración del jueves, viernes y sábado santo.

Monseñor Moronta recordó que estos son tiempos donde el pueblo reafirma su fe y el compromiso de amor por Jesús “ese que todo lo puede, todo lo perdona, construye paz y la reconciliación entre todos como hermanos”.

Refirió que este día también se hace propicio para la colocación de la “Unción de Los Enfermos” a aquellas personas que realmente lo requieren “para identificar ese dolor corporal y espiritual de ellos a la cruz de Cristo”.

Invitó a todo el pueblo para este jueves Santo continuar las tradiciones de la Semana Mayor como la visita de los siete templos. “No debemos ir como turismo religioso a ver cual iglesia es más bonita; lo que hace bonita la visita es la presencia del Señor en ellos”, dijo.

Agradeció la presencia de miembros de Protección Civil, quienes han estado desplegados a lo largo del estado para resguardar la integridad de los feligreses y turistas que han decidido visitar el Táchira y sus templos.

Belinda Bermúdez, devota del Nazareno de San Pablo relató que su fe hacia él, inicia cuando a su hija María Gabriela a los seis meses de nacida le diagnostican una enfermedad y es operada.

“Le pedí mucho por su salud y asistiré con ella como promesa hasta que él decida que ella sea sanada. Mi fe cada día es más grande porque he visto muchos milagros en ella”.

Definió que para Dios nada es imposible “hay que pedirle con fe y amor, más no con desesperación. El tiempo de Dios es perfecto, y solo él sabe cuando nos puede llegar lo que nosotros le pedimos”. FIN / Katherine Hernández. Fotos: José Ramírez.

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